Nuestro ajetreado estilo de vida hace que a la mayoría de las personas les resulte muy difícil cuidar de sí mismas. Considerando esto, ahora podemos ofrecer soluciones no quirúrgicas que toman muy poco tiempo en realizarse, tienen poco o nada de molestias, hinchazón y moretones. Por lo general, los pacientes pueden regresar a sus actividades regulares inmediatamente después de las inyecciones.
Las inyecciones de Botox se han convertido en el procedimiento de medicina estética que se realiza con más frecuencia en todo el mundo, y con razón. Este procedimiento, que no requiere cirugía, no deja cicatrices y dura cinco minutos, ha revolucionado completamente la forma en que tratamos las arrugas de la cara.
El Botox se ha utilizado en la medicina durante muchos años. Se ha utilizado para problemas neurológicos donde la contracción muscular es exagerada y molesta para el paciente.
Se abrió camino en el campo de la cirugía plástica hace muchos años de una manera muy emocionante. Esencialmente, funciona como un relajante muscular y elimina la capacidad de un músculo para contraerse.
Por lo tanto, cuando se utiliza en zonas como la glabela (línea entre las cejas), la frente o las líneas entrecerradas donde los músculos se contraen con frecuencia y causan arrugas, éstas se atenúan gracias a sus propiedades de relajación muscular.
Eventualmente, el Botox es eliminado del cuerpo. El músculo comenzará a contraerse de nuevo, por lo general cuatro o cinco meses después.
El efecto del Botox no es inmediato y puede tomar hasta dos semanas para ser completamente evidente. La incomodidad es inexistente. Pueden aparecer moretones localizados e hinchazón, pero son extremadamente raros.