Cuando nos proponemos ayudar a los niños que padecen de problemas de sobrepeso o que incluso enfrentan los diversos riesgos y consecuencias de ser obesos, el ejercicio cotidiano y una dieta saludable no son los únicos factores a tomar en cuenta.
Estudios revelan que cuando el IMC de un niño aumenta, su autoestima suele bajar. En estos casos, los padres deben actuar con especial atención e incluso, notificar al resto de los miembros de la familia para lograr su colaboración.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi niño?
El asunto con la obesidad infantil es realmente complicado, por lo que muchas saben que el primer paso es compartir la situación con un profesional como los expertos en cirugía de la obesidad.
– Paso 1, Ayuda profesional.
El pediatra de tu hijo o el doctor de la familia puede ayudar a determinar el IMC de tu hijo, para conocer su peso y si es una persona obesa. Recordad que los niños vienen en todos los tamaños y colores.
– Paso 2, Establece limites.
Como segundo paso, habría que fijar ciertas reglas o limites. La psicología de un niño funciona de esa manera y sino existen límites claros, el niño comenzara a experimentar ansiedad.
– Paso 3, Evalúate a ti mismo.
Analiza como te sientes al respecto cuando piensas en el peso de tu hijo y como lo ves.
Hazle saber a tu hijo sobre su condición y que tu estás ahí, no para aceptar sino para apoyarlo, en el camino hacia una vida plena (saludable).
Finalmente, una nota bastante atractiva y sugerente. Es el evitar discutir asuntos sobre como bajar de peso, o lo malo que es ser obeso en las comidas o entre familia… al contrario, hablad de hábitos saludables, de deportes, ejercicio, de los valores de las dietas, etc… asuntos positivos.